Umbral (Atisbos curatoriales)
Ya están abiertas las postulaciones al Concurso Internacional Juan Downey que invita a audiovisuales de Chile y otros países a enviar trabajos basados en la curatoría de «Umbral», título de la 15 Bienal de Artes Mediales de Santiago, a realizarse entre octubre y diciembre de este año. Se puede postular bajo tres líneas de participación: Videoarte y Animación, Narrativas Interactivas y Video Ensayos del territorio. ¡Revisa aquí más detalles!
Más información sobre la convocatoria a este certamen, acá.
Las transformaciones históricas, sean cambios graduales o quiebres dramáticos, no suelen ser conscientes para quienes las viven. Por más alertas o comprometidos que se encuentran los sujetos en relación con los acontecimientos que les dan lugar, tales transformaciones deben esperar el advenimiento de otras miradas para ser descritas y recibir nombre dentro de un relato. Sin embargo, hay acontecimientos que permiten intuir la fuerza de una transformación por venir, y las artes audiovisuales han mostrado el revés de la trama de esta condición. Los días vividos a propósito de la pandemia, el encierro, la conmoción por las vidas perdidas y los drásticos cambios en nuestras relaciones sociales y productivas, además de las relevantes tensiones políticas que se dejan sentir con violencia en diversos lugares del mundo, indican que nos encontramos en una dinámica de alteraciones más pronunciada o profunda que la que se liga naturalmente a la vida; una especie de pasaje o umbral, cuyo “otro lado” desconocemos y por lo tanto también imaginamos con ansiedad y preocupación.
La Bienal de Artes Mediales, atenta desde hace décadas a la relación entre arte, ciencia y sociedad, ha querido poner esta figura umbrática o umbralar en el centro de su reflexión. No tanto como una forma de postular el arte como una salida posible y necesaria al sombrío proceso en que pudiéramos encontrarnos, sino como un modo de enfatizar su imprescindible condición de tránsito pensante, de pasaje permanente hacia otra cosa que lo meramente dado, a la sombra (umbral) de lo poético y lo imaginario. Varias formas de tránsito, transición, deslizamiento y travesía son invocadas en esta versión, donde la vida, como fenómeno que atañe a cada persona singular y a la humanidad como figura, se reconoce en su fuerza, en su ímpetu, como en su precariedad y tragedia, a través del grito primero que sale de la boca del que nace. Es su relación al espacio y al tiempo, el umbral es una zona que une y separa, una “juntura divisoria” para usar una expresión del poeta Enrique Lihn, relativa tanto a la dimensión física o arquitectónica de la cultura, como a la intangible y simbólica.
En la actualidad y desde fines del siglo XX, diversos límites constitutivos del tramado cultural han comenzado a redefinirse complejamente, transformándose en pasadizos o zonas de tránsito que incrementan la porosidad de los bordes y amenazan, en algunos casos, la estructura. Los límites entre los campos de saber son modificados y reformulados por objetos que demandan miradas multidisciplinarias, los bordes territoriales y las fronteras nacionales se exacerban o desdibujan al ritmo del fenómeno migratorio que genera un mapa en movimiento, cargado de tensiones; la distinción entre la inteligencia natural y artificial comienza a perder sentido empujada por tecnologías, los adentros y los afueras de las instituciones se redefinen al contacto con una realidad compleja y demasiado distante de aquella en que se produjo su diseño original, y así también la vida individual e, incluso, la identidad privada de las personas se rediseña en un contexto donde tiende a perderse la distinción entre presencia y virtualidad.
La Bienal reúne y convoca discursividades críticas que se hacen cuerpo de esta inestabilidad de los límites en todos los niveles de la producción cultural, transformando las fronteras en zonas de debate o negociación, lugares sensibles para una nueva técnica de convivencia, basada en tecnologías que antes no estaban, pero también en nuevos compromisos de la subjetividad.
Descripción de las líneas de concurso
1. Videoarte y animación experimental
La materialidad del videoarte y la animación experimental ha recorrido desde la utilización radical del campo electromagnético -sin el registro mediante una cámara-, hasta el registro estético de un espacio físico o intangible, y la hibridación de ambos aspectos, entre otras posibilidades estructurales que determinan la producción de una obra audiovisual. Su consistencia radica en la posibilidad de profundizar en un lenguaje audiovisual simbólico, evocativo y de alta substancia estética.
Lo anterior, se fundamenta en el uso para su registro de cintas magnéticas y digitales, y en la posibilidad de registrar una situación específica, tomando, cortando y editando diversas fuentes para la construcción de la obra, usando imágenes encontradas, de registro histórico o presente, configurando posibles relatos que entrelazan poéticamente una posición concreta.
A diferencia del celuloide o las líneas narrativas del cine de ficción, documental, interactivo o del video ensayo, el videoarte y la animación experimental indagan, se desplazan de una forma líquida por los límites de la consciencia clásica del cine convencional, compilando en sí mismo la posibilidad de expresar oníricamente una condición específica.
El umbral se manifiesta intensamente como elemento retratado históricamente por el videoarte y la animación experimental. Sin embargo, entre el 2019 y 2021 ha sido escenario para fracturar diversas zonas sensibles, políticas, económicas y culturales que se mantenían estables, camuflando una serie de energías contenidas que explotaron radicalizando, acelerando y transformando la frágil normalidad.
Sin la determinación de un hito específico, o el análisis exhaustivo de nuestro contexto, buscamos obras de videoarte y animación experimental que reflejen la noción de Umbral, y se aproximen oblicuamente a esta condición, atravesando tridimensionalmente un espacio determinado por una condición electromagnética, atemporal y planetaria, donde nuestra relación con, mediante y por internet, se configura como una de las principales fuentes de inspiración actual, determinado por su poder y por la urgente reflexión crítica sobre su efecto en la sociedad, donde artista se convierte en observador crítico que comprende su incidencia en nuestra percepción.
2. Narrativas interactivas
La exploración de métodos narrativos no lineales, donde la historia, relato o propuesta audiovisual abstracta se complementa con la interacción de quien explora contenidos en internet, pasó de ser una peculiaridad a lo convencional en pocos años. Desde que el cineasta checoslovaco Radúz Činčera estrenó la película interactiva Kinoautomat en la Expo 67 en Montreal, Canadá, hasta la producción de miles, millones de horas de material audiovisual, artístico y comercial que habita internet, la evolución en la interacción entre obras audiovisuales y las personas ha mutado exponencialmente.
La inercia nos predispone a proyectar que la interacción entre humanos y obras audiovisuales solo se encuentra en el inicio de una serie de modificaciones que inevitablemente han sido aceleradas por la crisis sanitaria, que volcó a la humanidad con acceso a internet y los dispositivos adecuados, a desarrollar una relación íntima con los contenidos audiovisuales interactivos que habitan internet y otras plataformas.
La observación contemplativa ha sido complementada con la participativa, donde nuestra percepción se entrena para la proactividad, la vigilancia y reacción activa ante propuestas audiovisuales que se despliegan desde documentales y películas interactivas, videojuegos de indagación experimental, interactivos basados en indagación científica, y obras que se sitúan en la exploración de zonas de experimentación narrativas, técnicas y estéticas.
Es posiblemente este formato el que se acerca de una forma radical a un umbral entre los paradigmas audiovisuales que determinan nuestro presente. Las narrativas interactivas en el contexto internet aumentan exponencialmente sus posibilidades, y tanto construcción narrativa, acceso y distribución esculpen nuevas formas de relación social y económicas con los contenidos propuestos, configurando a corto plazo la incorporación de elementos disruptivos en la experiencia, integrándose no solo como una forma de entretenimiento, sino que como un elemento determinante para nuestra formación, relaciones sociales, del trabajo y los afectos.
Buscamos obras que reflexionen sobre esta condición, donde personas interactúen individual o colectivamente con una interfaz audiovisual, basada en contenidos intelectuales, experiencias sensoriales, y conciencia social y política, aspectos que, a su vez, configuren la integración de propuestas narrativas, estéticas y construcciones algorítmicas, reflejando una propuesta crítica y propositiva de nuestro contexto.
3. Video ensayos del territorio
Reconocer un espacio de registro audiovisual, otorgar un punto de vista indagativo, montar considerando una estructura narrativa evocativa, profundizar desde una posible poética audiovisual, son parte del amplio campo del video ensayo. Cineastas y videoartistas como Maya Deren, Lotty Rosenfeld, Chris Marker, Ingrid Wildi, Juan Downey, Jean-Luc Godard, Agnes Varda, Magaly Meneses y Alain Resnais, exploraron límites donde la producción audiovisual convencional se desdibuja entre la narrativa contextual y la elaboración no convencional de un relato que permite que emerjan visiones paralelas, más próximas a la intuición y la sugerencia que el reporte periodístico de un hito, espacio, territorio o condición humana.
El video ensayo compila evidencias que dan cuenta de un cuerpo sensible de nuestra realidad, la posibilidad de comprender relatos cercanos a los sueños, la noosfera fílmica como lo señaló el investigador frances Didier Coureau, incorporando en un cuerpo común, de materia audiovisual, tanto las fuerzas irracionales de nuestro inconsciente como las implantadas por los medios de comunicación masivos, que emergen infiltrándose en el centro de nuestros deseos, temores y acciones comunes.
La invitación es a retratar los diversos territorios de Chile, tanto físicos como digitales, donde la condición de Umbral existe distribuida en contextos tangibles e intangibles, atemporales y no lineales, en los espacios límites de lo humano, político y económico, en la membrana que divide lo virtual y real, entre los espacios íntimos y los externos, la casa, la calle, el trabajo. Buscamos obras que retratan la condición entre soledad y multitud, entre el vacio y el terror a este, márgenes y centro en constante movimiento, donde la incertidumbre se constituye como única constante.
Adentro, límite y afuera, tres estados que cohabitan al mismo tiempo, habitan y se relación entre sí a tiempo real. Registrar y capturar capas geográficas y psicogeografías de este territorio desde las estrategias lógicas del videoensayo, permite la compilación de evidencias sensibles de un territorio común sensible, y de esta forma, reconocer mediante el cuerpo de obras recibidas, un posible estado del arte de un tiempo determinado por el tránsito entre paradigmas.
Para conocer las obras ganadoras de las versiones anteriores, ingresa aquí.