Artista visual Mario Z: “Cuando comencé a trabajar con la bola de disco, mi interés principal era su relación con el hedonismo”

  • Conversamos con el artista visual y sonoro sobre el proceso creativo tras Existe (2013), obra ganadora de la versión 11 del Concurso Internacional Juan Downey. El autor repasa su proceso creativo en este clip, la utilización de ciertos elementos y narrativas e interpreta su trabajo. Además, nos habló de lo que vino para él después de ganar el certamen.

La bola de espejos es una de las protagonistas de la cultura disco y símbolo de la liberación corporal. En la obra Existe (2013) de Mario Z (alias de Mario Zeballos, artista visual y sonoro), ganadora de la versión 11 del Concurso Internacional Juan Downey, una bola de espejos rueda por una vereda y va de a poco destruyéndose. 

Con esta escena en blanco y negro, una voz femenina, suave y electrónica nos dice que nada existe y que no hay verdades incuestionables, instalándonos en la ausencia total del significado.

Tuvimos la oportunidad de conversar con Mario Z sobre el proceso creativo tras Existe, por qué utilizó los elementos y narrativas que componen esta pieza, sus objetivos principales y cómo el artista interpreta su trabajo. Además, nos habló de lo que vino para él después de ganar el certamen.

¿Cómo nace este proyecto? 
El proyecto nace de una imperante necesidad de experimentar con video de una forma que me acerque a lo cinematográfico y a su pugna entre la imagen en movimiento y el sonido. Tuve la posibilidad de tener a disposición las herramientas mínimas para realizarlo gracias a la colaboración de amigos, la capacidad como artista de resignificar, reutilizar, contraponer y transformar objetos que ya había ocupado en trabajos anteriores (instalaciones) para darles un cierre o desplazamiento bajo otros formatos de representación y observar el contexto. En resumen, trabajé con lo que tenía a mano para lograr un objetivo.

¿Qué deseabas abordar?
Operativamente no trabajé bajo un pie forzado, solo reuní ciertos elementos que en ese momento me interesaban, la esfera de disco como centro, su movimiento y el sonido que provoca. Al unir experiencialmente estos elementos se construye por sí sola una dialéctica que básicamente es una crítica a los artistas y el sistema que los “administra”, el llamado profesionalismo, el Éxito = Existe.

¿Por qué decides usar una voz principal femenina?
No la veo como principal, la entiendo como parte de un total. Para mí tiene un sentido más abstracto, son formas sonoras que se relacionan y contraponen, situaciones muy básicas de la naturaleza y de la vida diaria.

Contestando a la pregunta, ocupé la voz femenina principalmente porque necesitaba una segunda que fuera más notoria y de un registro “dulce” diferente al mío, para construir entre las dos un solo cuerpo que fuera una especie de mantra vocal negatorio. Y también porque (como mencioné en la primera pregunta) disponía de esta voz: hace ya un tiempo Evelyn Fuentes (ex cantante de Christianes) estaba colaborando conmigo en proyectos sonoros.

¿Que simboliza el quiebre de esta bola disco?
El término forzado de algo. La destrucción, el error, una explosión. 

¿Cómo crees que tu obra se relaciona con la liberación y catarsis de un cuerpo?  
Cuando comencé a trabajar con la esfera o bola de disco, mi interés principal era su relación con el hedonismo, toda su carga de diversión corporal casi tribal como ceremonia de una danza desenfrenada. Este objeto puede transformar un espacio con solo ser iluminado y proyectar sus reflejos, transformándolo en un templo de “liberación y catarsis de un cuerpo”. 

¿Qué fue lo que más te gustó del proceso?
Desde la técnica que lográramos hacerlo en una sola toma y que el resultado -esperado o no- saliera perfecto. Como resultado final: su maravillosa oscuridad, luminosidad desenfocada e hipnotismo sonoro.

¿Por qué tomaste la decisión de rodar la bola disco hasta que esta se partiera en dos? ¿Dentro del proceso la idea principal cambió?
No sabía que la bola era hueca, me di cuenta en plena grabación, ya que fui presionando cada vez más para obtener más ruido de los espejos (una especie de potenciómetro). En ese momento tuve que improvisar y decidí forzarla más, por lo tanto, tuve que hacer malabares para rodar las dos mitades hasta el final. Nunca tuve la intención de que se partiera así. Me parecía demasiado dramática esta acción, pero finalmente el error jugó un maravilloso rol.

¿Cuál era el objetivo de realizar esta obra? 
Construir un plano secuencia y hacer rodar a la bola de discos por la calle como un ser más recorriendo la ciudad. Trabajar con poco para hacer más, en relación al excesivo efectismo de cierto videoclip, videoarte y cine.

¿Qué ha significado para ti?
Seguir haciendo video hasta ahora de la misma manera, un seudo low-fi. Con la diferencia  de que ahora tomo la cámara y edito la mayoría de las veces, si es que el proyecto me lo permite.

¿Qué pasó después de este proyecto? 
Seguí trabajando en video, paralelamente a los proyectos de sonido y de instalaciones. Principalmente realicé durante los años posteriores una serie de ejercicios en video (20) que denominé “sound exercises”, sin pretensión de ser expuestos en un lugar físico, pero terminaron siendo mostrados en una exposición individual en el MAVI (Museo de Artes Visuales de Santiago) a principios de 2020. En pandemia hice un documental experimental sobre mi casa y su historia: “CASA”. Lugar donde nací y crecí, y donde paralelamente mi madre fundó una escuela de danza que funcionó por más o menos 40 años. También he producido varios videos de acciones sonoras para diferentes invitaciones a festivales y encuentros.